CIUDADES
Gustavia, Saint-Barhelemy
Nunca hubo esperanzas de plantaciones de azúcar lucrativas en St Barths. Era muy seco, muy empinado, muy rocoso, y, finalmente, muy pequeño. Inservible para la agricultura, la isla nunca fue codiciada como un premio durante las guerras coloniales del Siglo XVIII. El lugar, sin embargo, tiene un muelle muy útil, y esto permitió que Gustavia, el pueblo que creció a su alrededor, jugara un importante papel en ese conflicto intermitente, un papel que presagiaría mucho de su futuro. Como un puerto libre bajo el gobierno Sueco, Gustavia sirvió el propósito de proveer un comercio y un centro de abasto para los diferentes bandos guerrilleros. Cuando un capitán marino capturaba un premio o llegaba a un acuerdo, podía vender el botín o presa en St Barths, y al mismo tiempo resurtir su barco. Muchas bodegas rodeaban un muelle lleno de barcos de varios países, y una tradición mercantil y arquitectónica fue establecida que ha durado hasta hoy. Actualmente, el pueblo se ha ajustado para satisfacer el número creciente de turistas visitantes. Restaurantes, boutiques, y tiendas de regalos llenas las calles que en alguna ocasión tenían comerciantes, comerciantes marinos, y aventureros.